Dibuja elipses en el aire con su barita mágica invisible, y le sirve té invisible a su amiga invisible, y tararea su canción favorita para no escuchar el portazo que da su padre al entrar en casa. Vestida con el camisón blanco con lacitos rosas que le regalaron en su último cumpleaños, sube a la azotea a contemplar las estrellas mientras el eco de los gritos y los insultos le llega de lejos. Y se pinta una sonrisa desdibujada en los labios con el maquillaje que le quitó a su madre, haciendo equilibrios en el borde del tejado, con los brazos estirados y los pies descalzos. Y por cada estrella que brilla en ese cielo negro pide un deseo, y después sopla, sopla con todas sus fuerzas.
Y gritos, y llantos, y sirenas de policías y ambulancias, y una silueta pintada con tiza blanca en el suelo.
lunes, 29 de octubre de 2007
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1 comentario:
Genial el texto, en serio :)
No, soy escorpio. Aunque la luna no influya en mi signo directamente siempre me ha dado tirones en las orejas para que la mire.
La muy cerda.
Un besote
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