lunes, 21 de marzo de 2011

Típico y tópico

Vivimos rodeados de tópicos, de frases extraídas del guión de cualquier película. De versos desemparejados y de notas musicales de la canción de moda. De "Mírame a los ojos y dime que no me quieres". Y sí, a veces no es necesario mentir para vomitar una respuesta.

jueves, 17 de marzo de 2011

Amén

Y en noches como esta, saco a pasear a mi alter ego, sin correa ni bozal. Y en noches como esta, cuando desde el cielo me observa la luna llena, le corto la melena, pero no las alas.
Y vengo a esconderme aquí, a este rincón que alberga todas mis pasiones, mis secretos, mis idas y venidas. Ese que conoces, y que aún conserva tu aroma, pero el que nunca más volverás a visitar. Y por eso me siento tranquila, porque aunque llueva a cántaros, tú seguirás resguardado en tu pequeña casita de madera, y mis lágrimas no lograrán mojarte, ni una sola gota.
Aquí me siento libre de decirte que pese a todo (lo bueno, lo malo, lo que vivimos, y lo que nos faltó tiempo por vivir), sé que nadie te querrá como yo. Porque el amor no puede ser lógico ni racional. El amor no puede ser sensato ni cuerdo. El amor no puede ser matemático, ni sumarse cuando queremos que dé frutos, ni restarse cuando necesitamos que se apague la llama.

Hoy me escondo de nuevo aquí, en mi rincón favorito, lleno de polvo y telarañas por el desuso, pero que conserva la magia, la esencia de lo que fue en su día (de lo que sigue siendo). Hoy le grito al viento, sin voz, porque me quedé muda de tanto intentarlo, que nadie te va a pensar como yo te pienso, que nadie secará tus lágrimas con el amor con que yo lo hacía, que nadie borrará de un plumazo tus penas para convertirlas en alegrías.
Y me fundiría, de nuevo, en el calor de nuestros abrazos, incontenibles y sin respiración. Y de esos besos tan perfectos que no hacía falta añadirles nada más. La guinda de un pastel que devoramos a mordiscos.

Y continúo mintiéndome, día tras día, noche tras noche, creyéndome que sigo siendo yo, la misma de siempre. La que se coló en tu vida por azar y le dio un giro, en una noria hecha de la materia con que están hechos los sueños. Y continúo mintiéndome, hora tras hora, segundo tras segundo, creyéndome que sigo siendo yo, la misma de siempre. La que te amó con el amor que le quedaba, y se dio cuenta que era mucho más del que pensaba; la que te sonreía desde el otro lado del cristal y se reía a carcajadas de tus salidas (y tus entradas). Y continúo mintiéndome, sueño tras sueño, realidad tras realidad, creyéndome que sigo siendo yo, la misma de siempre. La que te creyó después de haber dudado una y mil veces, la que consiguió enamorarte de nuevo, como un adolescente. Y pensamos por un momento que todo era posible...

Y es que "para" y "siempre" son dos palabras que nos quedaban demasiado grandes... pese a todo, nos vestimos con ellas y mirándonos al espejo, sonreimos satisfechos, creyéndonos (engañados) que eran de nuestra talla.

Y no hay conclusión que valga, ni receta para lo que no se puede cocinar. Sólo diré queme gustaría ser como Drew Barrymore en "50 primeras citas" y amarte hoy como si fuera el primer día, como si fuera el último.

Amén.

lunes, 21 de febrero de 2011

Catarsis

En días como hoy me gustaría tener valor; salir a la calle y cantar bajo la lluvia, dejar que cada gota se pose en mí, que encuentre el hueco por donde colarse, llegando hasta lo más profundo. Despojarme de todo lo que me sobra y rendirme ante la tormenta. Fingir que nada importa y convertirme en ti por un momento, desafiando al frío. Que toda la lluvia de este mundo me atrape, me vista, me moje, me sacie; que mis lágrimas se confundan con los charcos que piso al andar y que tu rostro se desdibuje con cada trueno que se oye a lo lejos. Romper con todas las normas establecidas y tumbarme en ese prado verde de asfalto. Pararme en mitad de una avenida plagada de gente que se esconde bajo sus paraguas de colores y romper mi silencio en mil pedazos, convirtiéndolo en un rompecabezas imposible de recomponer. Ver mi reflejo en un escaparate, mi cuerpo desnudo saciado de lluvia. Cerrar los ojos y respirar profundamente, sintiendo que cada bocanada de aire llena mis pulmones de un oxígeno puro, limpio, renovado; como tu mirada.

Catarsis, lo llaman algunos.