domingo, 30 de septiembre de 2007

Sólo esta noche

Esta noche te necesito a mi lado; te pido que me susurres al oído cosas bonitas, con su voz, que me hagas sentir la mujer más feliz de este mundo, con su magia, que me toques con sus manos, que me ames con su corazón. Que me deleites con sus versos, que me mires con sus ojos. Que me beses con sus labios, que me embriagues con su olor. Sólo esta noche...

Que me busques donde él me perdió, que me recuerdes donde él me olvidó, y que el alcohol haga el resto. Esta noche no hay normas, ni excusas; no hay promesas ni temores, no hay preguntas ni respuestas. Esta noche quiero renacer junto a ti, y beber junto a ti, y llorar junto a ti. Sólo esta noche...

Y que me hables con su silencio, y me odies con su amor. Que me arropes con su frío, y que te alejes de mí, con su presencia. Quiero un imposible, una contradicción. Lo quiero todo, esta noche. Porque esta noche las horas se alargan, y se deforman, esta noche la vida pasa en un segundo, y cada segundo que pasa se hace toda una vida. Quiero que me rompas en mil pedazos, y que me deshagas. Quiero que me lleves al compás de su música, que me agarres con su fuerza, y dar mil vueltas. Perderme en cada paso, y que cada nota que toques me devuelva su banda sonora. Quiero que me calmes con su paz, que me ilumines con su sonrisa. Que me alborotes con su alegría, que me colmes con su felicidad. Quiero secar tus lágrimas, esas que brotan a través de sus ojos, y perderme en su mirada. Sólo esta noche...

Porque esta noche las agujas de mi reloj se han parado, y el universo ha dejado de existir. No necesito un mundo hecho a mi medida, no quiero palabras ni recuerdos. No busco, ni espero, no sueño, no quiero. Esta noche la vida se detiene, y tu camino me traerá de vuelta. La Luna me ha mostrado sus dos caras, y no sé con cuál quedarme. Que me pierda en ti con sus desvaríos, y que me envuelvas con su magia. Quiero sin querer, y aún sin querer, quiero. Sólo esta noche...

sábado, 29 de septiembre de 2007

Historia de un adiós

Como telón de fondo una luna resplandeciente y un cielo lleno de estrellas. Como banda sonora, el sonido estridente de una lluvia incesante, una lluvia torrencial que transforma las calles en ríos, transeúntes nadando a contracorriente (salmones en busca de libertad). Y en medio de la multitud, ella corre, salvando obstáculos. Ella huye, bajo capas y capas de un presente convertido en pasado. Su peso multiplicado por mil, cada paso un infierno, gotas de agua que se cuelan en su alma, y la inundan, a la deriva; bañada por rostros cubiertos con máscaras, enemigos que acechan cada movimiento, espectadores involuntarios de una obra sin título ni guión. La protagonita sale a escena, pero no hay focos iluminando su figura, no hay atrezzo, ni aplausos. Una obra sin fin, el telón no bajó, quedó suspendido en el aire. Protagonista y antagonista a la vez, dos en una, la que fue y la que es. La perfección y el caos. Un amanecer en medio de la penumbra. Lágrimas de sangre brotando a través de unos ojos que se quedaron sin vida; lágrimas de sangre, una sangre sin color, que se confunde con la lluvia. Ácido que quema su piel, que arrasa con cada huella, con cada marca, también con cada herida; que arrasa con cada momento, con cada sonrisa y cada alegría, que hace desaparecer cada instante de felicidad compartida, cada caricia, cada gesto. Llúvia ácida que borra todo rastro de su perfume, el perfume de él, aquel aroma que respiraba cada mañana al despertar, un olor que había pasado a formar parte de su día a día. Noches pintadas con el color de la pasión, sábanas bañadas en sudor, besos con sabor a ternura, a calidez. Besos con sabor a chocolate recién hecho, a fresas con nata. Un pasado remoto, un pasado cercano, pierde la noción del tiempo, y de la realidad. Y el corazón encharcado, ha dejado de latir; ya no bombea sangre, un líquido viscoso recorre cada vena, cada arteria. Lluvia y lágrimas, un todo que se funde, formando una nada en medio de la inmensidad. Ella corre, y huye, desaparece, se desintegra, se esfuma, y su estela se pierde en mitad del camino.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Llueve sobre mojado

Ya no tengo fuerzas ni para sostener este bolígrafo. Las palabras se desdibujan a medida que van naciendo, y mi letra pierde la firmeza de antaño. Poeta me llaman... ¡ja!. Yo me río en vuestras caras, cómo podéis ni tan siquiera insinuarlo, si hasta me cuesta pronunciar la palabra amor. Ya no se me llena la boca con esas cuatro letras. Si me tiembla el pulso cuando intento escribirla. Ya no soy capaz de llegar a la R, me pierdo en mitad del camino, y el eco de la A me llega distorsionado. Me cuesta escalar hasta la M, y doy vueltas alrededor de la O, intentando encontrar la salida sin haber conseguido entrar.
Voy a tener que cambiar de bolígrafo, o de papel , o de memoria. Lo que hoy me inspira, mañana me aborrece, y os llevo la contraria, sólo por el gusto de veros enfurecer. No sé si tirarme a la piscina de cabeza, o esperar a que llueva (sobre mojado). No sé si mandarlo todo a la mierda, o seguir desesperando. Creo que voy a optar por traerte a mis sueños, y que viajes por mi mente. He comprado un billete de ida, por si te gusta el lugar y decides quedarte. Te advierto que aquí no hay poetas ni filósofos, no queda tinta en los bolígrafos, los fantasmas vuelan libres, pero siempre encontrarás un plato de comida caliente en la mesa. No tengo buena puntería, así que no quieras jugar a dardos conmigo. Aquí no hay aes, ni emes, no hay oes ni erres. No hay parques de atracciones, ni palomitas, pero puedes jugar a la lotería, tal vez te toque el premio gordo. Y mientras tú te engañas llamándome poeta, yo voy a dejar que el sueño se apodere de mí. Mientras juegas con Dios una partida de ajedrez, yo me voy a tumbar en la cama, a escuchar el silencio, y ver el tiempo pasar. Aquí te espero.

lunes, 24 de septiembre de 2007

El principio

Porque para escribir es imprescindible no pararse a pensar. Porque pensar es lo contrario a sentir, y quien no siente al escribir, no puede hacer sentir a quien lee. Porque si las palabras no fluyen, te las dicta la razón, y quien tiene la razón normalmente se equivoca. Frases cortas y concisas. Sin sentido. Frases cortas y concisas. Sin estilo. Frases cortas. No te olvido. Frases cortas. Me perdono. Frases sin ton ni son. Carrera de obstáculos, nada de maratones. Frases cortas. Tengo sueño, buenas noches.