miércoles, 30 de abril de 2008

I wanna be

Quiero ser como el sol que ilumina tu rostro en los días cálidos de un frío invierno. Quiero ser como la luna, grande, llena e inalcanzable, cuando guía tus pasos en las noches de desconcierto. Quiero ser como el agua de un manantial, pura y cristalina, y brotar por las colinas, y saciar la sed de los ríos secos. Quiero ser como la nieve que se posa en las montañas más altas, blanca y virgen, y deshacerme entre tus manos cuando juegas como un niño. Quiero ser como las hojas de tu libro favorito, y que me roces con las yemas de tus dedos, y acaricies con suavidad las historias que te cuento. Quiero ser como las estrellas que se pierden en mitad de la oscuridad de tu cielo, para brillar en tu noche y que no dejes de contarme. Quiero ser como el rocío de la mañana, fresco, para posarme en la ventana de tu habitación, y que me veas nada más despertar. Quiero ser las notas de esa canción que tanto te gusta, y revolotear a tu alrededor con la alegría de un buen día, y danzar en el aire cada vez que me tarareas. Quiero ser las hojas en blanco de tu diario, para que plasmes en mí tus pensamientos, tus sueños, tus ilusiones, todo aquello que vibra dentro de ti, y guardarlos en mí como el mayor de los secretos. Quiero ser la sonrisa que se dibuja en tu cara cuando te sorprenden con algo bueno, para estar más cerca de ti con tus alegrías y compartir con el mundo tu felicidad. Quiero ser el atardecer de tu día más cansado, para cerrar los ojos contigo y acostarme a tu lado.

viernes, 11 de abril de 2008

Háblame

Háblame, pero háblame despacito, suave y a media voz, porque aunque esté lejos, en la otra punta del mundo, te escucho como si me susurraras al oído. Háblame y cuéntame cómo te va todo, si sigues apostando sin miedo a perder, o grabando aquellas películas de la tele que luego nunca veías. Si todavía conservas tu piedra de la suerte, desgastada de tanto manosearla. ¿Te echaste novia? Es normal, el amor es como un canto de sirenas que a todos acaba por atrapar. Pero no te preocupes, aunque a veces duela, el sufrimiento desaparece cuando te dicen eso de quiero abrazarte hasta que me duelan los brazos, quiero tocarte hasta que me duelan las manos, quiero besarte hasta que me duelan los labios, quiero amarte hasta que me duela el corazón. Lo sé, y te entiendo. ¿Que volviste a fumar? Ya sabes lo que pienso, pero por lo menos siempre llevas un paquete de chicles en el bolsillo, para contrarrestar efectos. ¿Y Tripsy? Seguro que sigue tan juguetón y travieso como siempre. No le eches demasiado la bronca si se mea en el suelo o te babosea los cojines del sofá, sabes que lo hace para llamar tu atención (lo tendrás descuidado, seguro, entre el trabajo y el amor...). ¿Y esas gafas? Ya te dije que tantas horas frente a la pantalla del ordenador pasarían factura. Pero lo cierto es que no te quedan nada mal, te dan un aire así como interesante. Claro que no te estoy llamando aburrido, no seas tonto, lo hago porque me encanta la cara que pones cuando me meto contigo (sabes que lo hago con cariño). ¿Ahora vives aquí? Me alegra saber que las cosas te van bien. Oye, tu chica y tú, hacéis muy buena pareja, es muy guapa. Yo creo que hasta os parecéis y todo. Acabaste la historia justo al contrario de como la empezaste. Eso está bien, sabes que siempre odié los finales previsibles (aunque vivía enganchada a ellos). Bonitas vistas, al lado del mar, como siempre soñaste. Ya te estoy viendo, bañador y toalla en mano, incluso en las mañanas más frías, retando las bajas temperaturas. Nunca olvidaré cómo te sumergías bajo las olas, y me hacías sufrir los primeros segundos, hasta que veía emerger tu negra melena, y comenzabas tu ritual. La tensión en tus músculas hacía que te brillase la piel, y en los días de sol, su luz se reflejaba en ti. Parecías una escultura griega cuando cobra vida. Sí, no te rías de mí, ya sé que cuando me pongo poética te resulto graciosa. No, mal no, al contrario, pero ya sabes que yo siempre tuve debilidad por el pelo largo. Te queda bien, te hace más señor, más maduro, imagino que a ella le debes gustar más así. ¿Te hiciste un tatuaje? ¡Con el miedo que te daban las agujas! Es un símbolo, ¿no? ¿Qué significa? Ah, claro, no podía ser otra cosa... veo que en eso no has cambiado.

Nunca sabrás cuánto te amé, pero ahora ya nada de eso importa. Tengo que irme ya, me reclaman allá arriba. No sé si nos podremos volver a ver, pero tú habláme, que yo siempre te escucho, aunque esté lejos, en la otra punta del mundo, te escucho como si me susurraras al oído. Háblame cuando estés triste, cuando estés alegre. Cuando te sientas solo, o en buena compañía. Háblame, que yo siempre te escucho.

sábado, 5 de abril de 2008

Misa de doce, velos negros, alpargatas usadas, rosarios y rosas. Y cada campanada rebota en su corazón, formando un charco de sangre que nadie puede ver. Un pasillo lleno de hormiguitas que buscan su sitio, y se acomodan en el anonimato para no perder las formas. Rezos a media voz, padresnuestros, y vuestros, avemarías, concebida sin pecado. Alimento a base de hostias, que llenan su estómago pero no calman sus sed. Cuatro o cinco disparos más tarde todo queda en silencio, y sólo se escucha el llanto de un bebé bañado en agua bendita. Tú eres entre todas las mujeres.