miércoles, 26 de septiembre de 2007

Llueve sobre mojado

Ya no tengo fuerzas ni para sostener este bolígrafo. Las palabras se desdibujan a medida que van naciendo, y mi letra pierde la firmeza de antaño. Poeta me llaman... ¡ja!. Yo me río en vuestras caras, cómo podéis ni tan siquiera insinuarlo, si hasta me cuesta pronunciar la palabra amor. Ya no se me llena la boca con esas cuatro letras. Si me tiembla el pulso cuando intento escribirla. Ya no soy capaz de llegar a la R, me pierdo en mitad del camino, y el eco de la A me llega distorsionado. Me cuesta escalar hasta la M, y doy vueltas alrededor de la O, intentando encontrar la salida sin haber conseguido entrar.
Voy a tener que cambiar de bolígrafo, o de papel , o de memoria. Lo que hoy me inspira, mañana me aborrece, y os llevo la contraria, sólo por el gusto de veros enfurecer. No sé si tirarme a la piscina de cabeza, o esperar a que llueva (sobre mojado). No sé si mandarlo todo a la mierda, o seguir desesperando. Creo que voy a optar por traerte a mis sueños, y que viajes por mi mente. He comprado un billete de ida, por si te gusta el lugar y decides quedarte. Te advierto que aquí no hay poetas ni filósofos, no queda tinta en los bolígrafos, los fantasmas vuelan libres, pero siempre encontrarás un plato de comida caliente en la mesa. No tengo buena puntería, así que no quieras jugar a dardos conmigo. Aquí no hay aes, ni emes, no hay oes ni erres. No hay parques de atracciones, ni palomitas, pero puedes jugar a la lotería, tal vez te toque el premio gordo. Y mientras tú te engañas llamándome poeta, yo voy a dejar que el sueño se apodere de mí. Mientras juegas con Dios una partida de ajedrez, yo me voy a tumbar en la cama, a escuchar el silencio, y ver el tiempo pasar. Aquí te espero.

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