viernes, 12 de septiembre de 2008

De su puño y letra

Desde el punto más oscuro, recóndito e inalcanzable; desde ese agujerito cuya profundidad varía y oscila constantemente; desde el rincón más apartado y remoto, ese en el que te escondes cuando el nudo en tu garganta aprieta tanto que te impide respirar. Desde la historia con el final más triste que hayas podido escuchar; desde la canción con la melodía más desgarradora que jamás haya llegado a tus sentidos. Es desde ahí desde donde yo te escribo. Porque en cada historia rota por la mitad, ahí estoy yo. En cada corazón encharcado que ya no late como antaño, me podrás encontrar. Y en cada verso desemparejado, en cada lágrima que quema como el ácido. Y en cada noche de insomnio, en cada pesadilla que se repite sin cesar, búscame. Porque yo existo gracias a eso; tu mirada ausente, perdida en el horizonte, me da vida. Me alimento de tus derrotas, de tus fracasos, de tus pasos en falso. Me hago más fuerte con cada golpe que recibes. Me balanceo en las olas de tu desesperación, y floto, y me sumerjo en tus penas más amargas. Y bebo de la sangre que brota a través de esa pequeña herida que debió haber cicatrizado hace tiempo ya. Y sabes que si yo desaparezco, tu pluma se marchitará, ya nada tendrá el mismo sentido. Sólo quedarán cuatro líneas insulsas, vacías, mediocres. Así que, por mi parte, el pacto sigue en pie.

Firmado: Tristeza

No hay comentarios: